Llega Locas Mujeres, el documental que retrata los años felices de Mistral y Dana

25.09.2012 23:37

 

La película de María Elena Wood muestra la historia de amor a través de material inédito.

por Rodrigo González

Lagar. Ese fue el libro que le abrió los ojos a María Elena Wood. Antes de eso, su imaginario estaba poblado por lo que más o menos todo el mundo siempre sabe de Mistral: cantos a los niños, rondas, versos de madre. Pero el último libro de la autora, una obra publicada en 1954, fue el camino inesperado que la realizadora encontró a una escritora con una vida diferente por contar.

De este libro salido a imprenta tres años antes de que Mistral muriera, Wood sacó, en primer lugar, el título de su documental ("la expresión 'locas mujeres' está presente en varias poesías") y, en segundo término, también obtuvo el espíritu de la película: una reflexión que va más allá de la maestra o de la diplomática Mistral. "Ese libro me demostró que Gabriela no era un personaje aburrido ni unidimensional. Ahí, en Lagar, creo que están algunos de sus textos más autobiográficos. Se ve a la mujer celosa, a la que quiere bailar, a la que cambia abruptamente de ánimo. Hay una Gabriela que no es la de la historia oficial", explica Wood.

Pero la película que se estrena la próxima semana en salas comerciales es sobre todo el testimonio de primera mano del amor otoñal entre Mistral y Doris Dana. Si Lagar fue el primer paso para que la directora se interesara en la autora, el acceso en el 2007 a los documentos de Mistral que cobijaba la albacea Doris Atkinson terminó por clarificar qué es lo que habría que hacer en adelante.

"Nos propusimos hacer una película que mostrara una Gabriela Mistral diferente, un documental que fuera el puntapie inicial para que los chilenos empiecen a tener otra imagen de ella. Ojalá lo lográramos", enfatiza Wood.

Un gran segundo acto

La muerte de su sobrino Yin Yin en el año 1943 pudo haber sido el comienzo del fin de la Mistral. El muchacho lo era todo para ella y sin su presencia, el camino se ponía cuesta arriba. Pero pasaron cosas. Y de las más importantes de su vida: en 1945 le llegó el Nobel de Literatura y en el 46, conoció a Doris Dana, una profesora de literatura de figura atractiva y rostro imborrable para Mistral.

"Fue amor a primera vista. Se topan en un ascensor de la Universidad de Columbia, donde Mistral está dando unas charlas. Pero Doris no se atreve a hablarle. Pasa un tiempo y Doris la contacta con la excusa de hacerle llegar unas traducciones de Thomas Mann. Luego, nunca más se separan. En el año 45, a los 56 años, tal vez lo único que le iba quedando a Gabriela Mistral era esperar la muerte. Pero Doris ilumina los 12 que aún le quedan", agrega.

El documental deja correr imágenes, documentos escritos y grabaciones que funcionan como el testimonio de esta pasión entre la Premio Nobel y su joven amante. Los registros de audio fueron hechos por la propia Doris Dana, las cartas son todas de puño y letra de la Mistral y la filmación en la casa pertenece a amigos en común.

El tono de la película es cálido, doméstico, con gatos maullando a cada instante, con sonidos de pasos, risas y vasos. Tal vez varias de estas grabaciones de audio fueron a altas horas de la noche. Y otras registradas en madrugadas, como aquella donde Dana dice: "Nunca voy a olvidarme de anoche... Fue tan cómico", y Mistral le responde: "Eres una pícara".

Conocida desde Chile por mucho tiempo sólo como "la secretaria de Mistral", Doris Dana odiaba aquel calificativo. Por lo menos así lo asegura la directora: "En Estados Unidos, nunca nadie le dijo secretaria. Nadie la trató así. Eso es parte de la forma en que los chilenos se refieren a ella. Del conservadurismo local".

Dana sobrevivió por casi 50 años a Mistral -murió en el 2006- y nunca se atrevió a hablar de la relación de amor con ella. No en público, al menos. Durante sus años juntas tampoco regaron a los cuatro vientos el carácter de esta historia afectiva.

"Hay que pensar que Mistral es una mujer nacida en el siglo XIX. Ni siquiera le gustaba el inglés, ella era de cuando los intelectuales hablaban francés. Su causa fue más bien la de la mujer, que ésta se educara y y buscara una vida mejor. Creo que no le habría gustado que su historia con Dana se transformara en la bandera de lucha de movi

mientos minoritarios. Mistral vivió su relación de amor con ella de manera íntima, privada", subraya Wood.

Fuente: www.latercera.cl