Interpretando a Gabriela

Categorías de análisis para nuestra investigación

 

- Edición, selección

- Contexto social de la recepción

- Representación de la mujer amante 

 

               1.  Temor a la pérdida

“¿Cuándo, cuándo, cuándo, cuándo llegas? Nunca más te dejaré partir, sólo al morirme.” Carta 194 

 

“Animalito errante, vente, vente, vente (yo veo que no te hago ninguna falta). Un abrazo

Gabriela” Carta 194. 

 

               2.  Denominación en masculino

" Nos hemos separado ambos sin acabar, sin rematar el conocimiento de nosotros mismos" Carta 20

 

" ¡Qué estúpido ha sido el que más te quiere, Doris mía! ¡Perdóname, vida mía, perdóname! ¡No lo haré más! Y tú guardarás el control de ti,

y has fe en tu pobrecillo, que es un ser torpe, vehemente, envenenado por su complejo de inferioridad (el de la edad)". Carta 21

 

"Ten fe en mí tú. Yo creía que la tuvieses, pero no hay tal. Hazme esta gracia: cree em que tu hijito no es un sucio, ni un perverso, ni un mentiroso". Carta 20

 

                3. La espera

“Mientras yo esperaba que vinieras a verme para decirte mis decisiones últimas, tú sólo pensabas en recuperar tu libertad. El frío de esta casa me tuvo acostada hoy y ocupada en cosas de Chile. Tú mientras decidías romper conmigo. Creo que la razón de todo esto no es otra que la de que te has enamorado de alguien.” Carta 184

 

“Mi cabeza solo ha pensado en ti y por no molestarte no te he llamado. Te he esperado dos días.” Carta 184

 

" Es una prueba muy agria, querida mía, la de nuestra separación. YO SÉ, SÉ, que no hay torpeza tan grande como separarse. Es posible no verse más  y es posible que nuevos intereses del alma penetren en uno de los separados. Eso es lo que, en nuestro caso, puede pasar contigo, contigo, CONMIGO NO, te lo aseguro, Doris. Dana." Carta 20

 

                4. Roles que le asigna Doris

"Te hará mucha falta tu maquinita. Toma auto hijita, y lleva cuentas para que yo pueda saberlas" 

 

" Mis dos decisiones eran 1º Pedirte que buscases una pensión muy buena para ambas, a fin de que no luchases con cocineras. 2º Pedirte acompañarme en el nuevo viaje que debo hacer, el cual también te evitaría las molestias de dueña de casa". Carta 183

 

" Pero voy a hacerte o a repetirte, mis encargos, dear: 1º comprar cerca de tu ciudad, pero no demasiado cerca porque el aire no sana; 2º comprar lo suficiente para las dos en habitaciones y con un huertecito pequeño; 3º puedes hacer una deuda hasta de dos mil dólares pero no más (...)" Carta 188

 

               5.  Demanda

"Yo no te exijo maravillas: te pido sólo una tarjeta cada ocho días y en ella, diez líneas tuyas"

No entiendo nada. Y tu orgullo inglés te ha enmudecido conmigo. Pero el orgullo sólo llega cuando ya no se tiene amor alguno, nada.

Dame una hora contigo, una sola pero sin extraños y sabrás la verdad, esta verdad.”

 

“Pero lo que no entiendo es que no escribas y el que me dejes en tal soledad y sin ayudarme a pensar sobre las cosas que se me están echando encima, cayendo sobre mí.”

 

 

                6. Víctima

“Una vez más tu avientas el cariño por seguir la pasión del que quieres.”

 

"Yo no merezco el que tú ni hayas venido a despedirte de mí. Yo no he hecho ninguna villanía, o cosa alguna.  Puedo tener enormes olvidos. Mi pobre cabeza va de mal en peor. Tú tal vez me has olvidado redondamente, absolutamente. Ignoro mí culpa si la hay" 

 

"Gracias por haber recordado, al fin, que yo existia en un hotel de Jalapa. Dios te guarde" Carta 19

 

                7. Amenaza

“Creo que voy a buscarme otra compañera.” Carta 184

 

“Si voy a Canadá deberé buscarme a quien me acompañe"  Carta 184

 

“…Parece que yo deberé irme con quien sea, lo que sea, y eliminarte de la vida mía que sigue. ” Carta 184 

 

                8. Proyección

 

“Iremos allá juntas si vuelves pronto. Porque tal vez este invierno me va a hacer mal. Yo quiero ver Sicilia contigo.” Carta 194

 

Poema La Abandonada de Gabriela Mistral

Categorías:

Dolor

Olvido

Demanda

Fragmentación

 

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A Emma Godoy

Ahora voy a aprenderme
el país de la acedía,
y a desaprender tu amor
que era la sola lengua mía,
                    como río que olvidase          OLVIDO
lecho, corriente y orillas.

¿Por qué trajiste tesoros
                        si el olvido no acarrearías?     DEMANDA
Todo me sobra y yo me sobro
como traje de fiesta para fiesta no habida;
¡tanto, Dios mío, que me sobra
mi vida desde el primer día!

Denme ahora las palabras
que no me dio la nodriza.
Las balbucearé demente
de la sílaba a la sílaba:
palabra “expolio”, palabra “nada”,
y palabra “postrimería”,
¡aunque se tuerzan en mi boca
como las víboras mordidas!

Me he sentado a mitad de la Tierra,
amor mío, a mitad de la vida,
a abrir mis venas y mi pecho,
                      a mondarme en granada viva,      DOLOR
y a romper la caoba roja
de mis huesos que te querían.

                    Estoy quemando lo que tuvimos:            OLVIDO
los anchos muros, las altas vigas,
descuajando una por una
las doce puertas que abrías
y cegando a golpes de hacha
el aljibe de la alegría.

Voy a esparcir, voleada,
la cosecha ayer cogida,
a vaciar odres de vino
y a soltar aves cautivas;
                         a romper como mi cuerpo  FRAGMENTACIÓN 
los miembros de la “masía”
y a medir con brazos altos
la parva de las cenizas.

¡Cómo duele, cómo cuesta,
cómo eran las cosas divinas,
              y no quieren morir, y se quejan muriendo,     DOLOR
y abren sus entrañas vívidas!
Los leños entienden y hablan,
el vino empinándose mira
y la banda de pájaros sube
torpe y rota como neblina.

Venga el viento, arda mi casa
mejor que bosque de resinas;
caigan rojos y sesgados
el molino y la torre madrina.
¡Mi noche, apurada del fuego,
    mi pobre noche no llegue al día